Por todos es sabido que de la mano del verano llegan las fiestas de San Juan, una de las grandes celebraciones a nivel nacional y una de las encargadas de dar la bienvenida a la estación del calor. Con las hogueras por bandera, la tradicional noche de San Juan tiene tanta historia como futuro. Cada vez son más quienes la celebran, pero pocos son aquellos que conocen sus auténticos orígenes. En la entrada de hoy, Hundredrooms te va a hablar sobre las raíces de esta festividad, así como los principales destinos dónde disfrutar de la noche más corta del año -y del día más largo-.
Una noche por el sol
Que las hogueras sean el elemento identificativo de las fiestas de San Juan no es casualidad. Tras haber pasado el día más largo del año, las horas diurnas empiezan a reducirse gradualmente en favor de las nocturnas. Un hecho que los cristianos interpretaban como que el sol “se debilitaba”. El ritual nació cuando empezaron a encender hogueras para “dar fuerzas” al astro con su calor. Además, el fuego ejerce de “purificador” sobre aquellos que lo contemplan, según la simbología cristiana. Ese ritual fue manteniéndose a lo largo del tiempo hasta llegar a lo que todos conocemos hoy en día por la fiestas de San Juan: una festividad que se puede disfrutar tanto en multitud como en petit comité; eso sí, siempre en compañía de la hoguera.
Como noche mágica, una de las tradiciones más comunes es la de quemar muebles y objetos antiguos en la hoguera, así como un papel con los buenos deseos y las cosas negativas que quieres olvidar. Si encima te atreves a saltar por encima del fuego, entonces estarás protegido durante todo el año. Para aquellos que disponen de una playa a su alcance, echarse un baño durante la noche mágica, se dice que es garantía de salud para el resto del año. Una celebración, diferentes lugares, inacabables maneras festejarlo: aquí van unas cuántas.
Festes de Sant Joan en las Islas Baleares
La noche de San Juan es una de las más importantes del calendario en el conjunto de las Islas Baleares, donde en cualquiera de ellas se realizan las clásicas hogueras en la playa. Sin embargo, hay una isla en la que el festejo supera, con diferencia, al resto: Menorca. Para ellos la noche de 23 de junio al 24 es la referencia en el calendario; sobre todo en Ciutadella, cuya celebración coincide además con la del patrón de la ciudad. El resultado de esta mezcla es casi una semana de fiesta sin parar, con 3 días clave: el “Dia des Be”, “dissabte de Sant Joan” y el “Dia de Sant Joan”, siendo el último de ellos la culminación de los dos anteriores. Durante todo ese periodo caballos y “caixers” -sus jinetes- son los auténticos protagonistas de las fiestas y héroes de todos aquellos que la viven.
En la previa a la noche de San Juan, la jornada se abre con el “replec”, es decir, con una vuelta a la ciudad para recoger a todos los caballos y “caixers”, que recibe el nombre de “qualcada”, y que convoca a miles de personas. Así el ambiente va in crescendo, a medida que se va uniendo gente. Siempre siguiendo a los caballos, la multitud se planta en la Plaça des Born, donde se da comienzo a uno de los actos más característico: el “caragol”. Al ritmo de la música del Jaleo, los jinetes y sus animales dan hasta tres vueltas a la plaza ante la efervescencia del público.
Sin apenas tiempo para el descanso, llega el día de San Juan, el más importante. A primera hora de la mañana se reactiva la fiesta con un nuevo “Caracol” y el ensayo por parte de los jinetes de los juegos que se celebran por la tarde, que acaba con una tradicional misa en la Catedral. Después de un nuevo “replec”, y ya por la tarde, se da el pistoletazo a unos de los momentos más divertidos y peligrosos: los juegos. En el de la “ensortilla” el jinete intentará cazar un aro colgado mientras cabalga a lomos de sus caballo; en el de “rompe carotes”, dos jinetes bregarán por romper la “carota” de madera del otro; y, por último, en el de “córrer abraçats”, otros dos jinetes deberán juntar sus caminos hasta el punto de ser capaces de abrazarse… ¡e incluso besarse!
La celebración continua mientras aguantan las fuerzas hasta que, como punto y final, los asistentes se despiden de Ciutadella, pomada en mano -bebida típica que combina gin y limonada-, hasta el año que viene a grito de “fins l’any que ve, si Déu vol”. Sin duda, Ciutadella es el lugar donde más se vive la fiesta de San Juan. No es de extrañar que, año tras año, su celebración sea cada vez más conocida… así que tú te la puedes perder. De hecho, nadie debería.
Nit de Sant Joan en Cataluña
Otro de los puntos más interesantes para vivir las fiestas de San Juan es Cataluña, donde se celebran las tradicionales “revetlles” a lo largo y ancho de toda la comunidad. No obstante, nosotros nos vamos a centrar en Barcelona y Tarragona. En la capital, como no podía ser de otra manera, se vive a lo grande: cuando la “Flama del Canigó” llega a la plaza de Sant Jaume durante la tarde previa a San Juan, en ese momento, se desata la fiesta. Empiezan las verbenas, acompañadas siempre por las hogueras; las cenas populares en la calle y los espectáculos pirotécnicos. Sus playas también convocan a una gran multitud de personas, quienes se calientan con sus respectivos fuegos mientras esperan un amanecer diferente.
De manera muy similar se vive en Tarragona: el comienzo, de hecho, se produce también con la llegada de la “Flama del Canigó”. A partir de ahí, cenas en la calle, verbenas populares, petardos… con el añadido de deleitar a los asistentes con sus característicos castillos humanos y la lluvia del fuego de los Diables.
A Noite da Queima en Galicia
Galicia es una de las comunidades donde mayor significado adquiere la noche de San Juan. Nosotros vamos a deternos en A Coruña, donde los preparativos para la noche más corta del año empiezan a finales del mes de mayo. Días previos llenos de todo tipo de actos: sociales, culturales, deportivos… hasta la mañana del 23, momento en que la “Meiga Mayor”, la “Meiga Mayor Infantil” y sus respectivas “Meigas de Honor” desfilan hasta la parte antigua, donde encienden el fuego de San Juan. Los bailes y los festejos se suceden durante toda la tarde; hasta que, al atardecer, el olor a sardina aparece en el ambiente. Siguiendo el refrán de “por San Xoán a sardiña molla o pan”, los coruñeses acuden a las parrillas para cocinar la que va a ser su cena.
Con la llegada de la noche empieza el éxodo hacia las playas de Riazor y Orzán. Cada uno equipado con sus cajas viejas y maderos, que servirán de alimento de las llamas. Las “Meigas”, una vez más, son las encargadas de abrir el festejo nocturno; al encender la gran Hoguera a la medianoche en punto. La fiesta ha empezado: el Paseo Marítimo y la arena de la playa toman el relevo de las calles de A Coruña como escenario hasta que el sol vislumbre ya el día de San Juan…
