Enclavada en lo alto del histórico pueblo de Ménerbes, esta auténtica casa de piedra ofrece unas vistas espectaculares de los valles del Luberon.

Desde el ballet de los pájaros hasta las llamativas puestas de sol, cada momento pasado en la terraza orientada al suroeste se convierte en una experiencia memorable. El interior íntimo combina armoniosamente el encanto de antaño con el confort moderno.

La cuidada decoración realza los azulejos provenzales tradicionales, mientras que la habitación en el altillo y su luminoso cuarto de baño crean un espacio perfectamente adaptado para dos personas. La terraza privada es una auténtica prolongación de la casa, ideal para comer al aire libre o relajarse en las tumbonas.

La cocina, totalmente equipada, le permitirá preparar deliciosas comidas con productos locales. Situado en el «triángulo dorado» del Luberon, estará en una ubicación ideal para explorar los tesoros de la región.

La abadía de Sénanque, los pueblos encaramados de Gordes y Bonnieux, o los mercados provenzales están a solo unos minutos.

Los amantes del vino apreciarán la proximidad de las famosas bodegas.

También hay un aparcamiento privado a su disposición, lo que le garantiza comodidad y tranquilidad durante su estancia.