Tradición renovada en el corazón de Aretxabaleta

En pleno centro de Aretxabaleta, rodeada de historia, vida local y naturaleza a un paso, se encuentra IRIE, una casa tradicional completamente reformada que combina el sabor de lo antiguo con el confort actual. El nombre IRIE, que en euskera local hace referencia al helecho, abundante en el entorno natural de la localidad, da personalidad a la vivienda con su presencia constante en detalles botánicos y materiales que están pensados para crear un ambiente fresco, armonioso y lleno de calma.

En el corazón del valle de Debagoiena, Aretxabaleta es una localidad con identidad propia, rodeada de montañas suaves y espacios verdes como el embalse de Urkulu o el monte Murugain. Su casco urbano alberga joyas del patrimonio como el conjunto de casas solariegas y la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, además de una vibrante vida local con comercios, bares y mercados de cercanía.

Idealmente situada en el corazón del casco antiguo, Aretxabaleta es una excelente base para explorar el interior de Gipuzkoa, sin renunciar a la proximidad de las grandes capitales del País Vasco: Vitoria-Gasteiz está a solo 35 minutos en coche, Bilbao a 1 hora, y San Sebastián a unos 40 minutos.

Irie está ubicada en el primer piso de una casa sin ascensor. Es una vivienda de estructura de madera como las tradicionales de Euskal Herria, con capacidad para cuatro personas y dispone de tres habitaciones acogedoras: dos con camas de matrimonio de 1,50 m de ancho, una de ellas con vestidor privado y balcón integrado, y, una con dos camas individuales. La casa cuenta con un espacio tipo despacho que da la opción de tener un espacio ideal para trabajar desde una casa ubicada en la cuna del cooperativismo vasco. Cuenta además con un amplio baño completo con ducha, moderno y funcional, ideal tanto para estancias en familia como para escapadas entre amigos.

La cocina, completamente equipada, se encuentra separada del salón, manteniendo la distribución clásica pero actualizada de las viviendas vascas. La sala de estar, cálida y espaciosa, invita al descanso después de un día explorando la comarca. El verdadero lujo, sin embargo, está en su amplia terraza: un espacio exterior perfecto para desayunos tranquilos, cenas al aire libre o simplemente relajarse al sol, que cuenta con una parte cubierta ideal para refugiarse de la lluvia en pleno centro de Aretxabaleta.

Acceso fácil, sin llaves

La entrada a la vivienda es completamente digitalizada. Antes de la llegada será necesario descargar una app para realizar el check-in y abrir las puertas, sin necesidad de entrega física de llaves. Se solicita una fianza de 200 €, que será devuelta íntegramente al finalizar la estancia si todo está en orden.