La Marianne es una de nuestras pequeñas casas flotantes con terraza en la azotea, construida in situ según normas ecológicas con madera local.

Marianne tiene todo lo necesario para unas vacaciones cortas o largas en el puerto: una acogedora sala de estar con estufa de leña, una cocina americana bien equipada, un cuarto de ducha, una cama de 1,60 m de ancho en el altillo y un sofá cama plegable.

Esto lo hace perfecto para 2-4 personas.

Los perros son bienvenidos a bordo y WLAN está disponible de forma gratuita. Esta pequeña casa flotante tiene una superficie habitable abierta de unos 18 metros cuadrados, mientras que el nivel superior para dormir ofrece 5 metros cuadrados más de espacio.

La casa flotante pertenece a Julius, en cuyo nombre la construimos siguiendo normas ecológicas y para quien ahora la alquilamos. Julius ha amueblado el interior cómodamente: Puedes relajarte de maravilla en el sofá, pero también dormir (1,30 m de ancho desplegado).

Las ventanas del suelo al techo ofrecen una vista sin obstáculos del agua y de la terraza, que está justo al lado de la sala de estar e invita a disfrutar del desayuno al sol.

En el nivel superior, un colchón de 1,60 m de ancho ofrece una gran comodidad para dormir. La cocina americana está equipada con un fregadero, una placa de inducción (dos placas), un frigorífico con congelador y todos los utensilios de cocina necesarios para cocinar fácilmente.

Hay un filtro de porcelana y papeles de filtro para hacer café. El cuarto de baño tiene una ducha grande y un inodoro. Si hace calor en verano, puedes abrir las numerosas ventanas para crear corrientes de aire, mientras que la estufa de leña y la calefacción eléctrica por suelo radiante proporcionan calidez y confort en los días fríos. Desde la terraza de la azotea se puede contemplar el Diamantgraben, un corto brazo del Elba: Cuando hace buen tiempo, pasa algún barco deportivo o una canoa y también se puede ver algún que otro pato.

Cuatro tumbonas en la azotea invitan a relajarse. En esta pequeña casa flotante podrá dejar que el sol le dé en la barriga, mantener profundas conversaciones en las cálidas noches de verano, disfrutar del silencio, descorchar champán entre risas... simplemente, viva una experiencia completamente diferente, unas vacaciones especiales, un pequeño descanso de la vida cotidiana.

También puede bañarse allí mismo. En el patio, por el que se camina hasta el embarcadero con las casas flotantes, se construyen a mano casas flotantes de gran calidad con madera y según normas ecológicas.

A menudo encontrará carpinteros y aficionados a los barcos en las instalaciones.

No tienes por qué hablar con nadie, pero si quieres, puedes entablar rápidamente una conversación.

A veces se oyen ruidos de construcción.

El entorno es muy verde, pero sigue siendo Hamburgo; hay un puente de ferrocarril cerca, que se oye con más o menos intensidad según la dirección del viento. (A la mayoría de la gente no le molesta el ruido).